Distribución más justa del trabajo de cuidados

El trabajo de cuidados incluye actividades tales como la preparación de alimentos y la limpieza del lugar donde se vive, el cuidado de niños, jóvenes, adultos mayores y personas que padecen alguna enfermedad o discapacidad, y el autocuidado.

La mayor parte del trabajo de cuidado es realizado por niñas y mujeres y no es remunerado. Cuando es remunerado, se paga mal y se realiza sin condiciones ni beneficios laborales de ley. Esto suele someter a niñas y mujeres a dobles o triples cargas de trabajo, lo cual limita su acceso a educación, empleos de mejor remuneración y participación política, entre otras cosas.

Mediante esta iniciativa trabajamos con especialistas y académicos para generar datos y argumentos sólidos que permitan entender mejor el problema. Este conocimiento lo usamos, entre otros fines, para promover cambios en imaginarios o patrones de pensamiento que obstaculizan una distribución más justa del trabajo de cuidado y el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres.

En alianza con distintas personas y organizaciones locales y nacionales, también articulamos propuestas de cambio a leyes y políticas públicas concretas para redistribuir el trabajo de cuidados al interior de los hogares, y también entre los hogares, el Estado y el mercado.